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Entrevista a José Ignacio Otegui

Entrevista a José Ignacio Otegui
 

Economía y Mercado Diario el País (UY)   Por / Luis Custodio

Sector privado ejecutará mil millones de dólares

en obra civil en 2014-2015

Si la industria no cayó dramáticamente en Punta del Este, es debido a la construcción de mil viviendas de interés social. Nuevos proyectos absorbieron buena parte de los empleos que liberó el avance de Montes del Plata.

Para el empresario y Presidente de la Cámara de la Construcción, Ignacio Otegui, no hay ninguna señal en el horizonte que haga pensar en un movimiento negativo brusco a corto plazo. Anunció que los proyectos promovidos por la Ley de Inversiones en 2013 implican mil millones de dólares en obra civil privada para los dos próximos años, además de emprendimientos por siete mil viviendas de interés social. A continuación, un resumen de la entrevista.

Jose Ignacio Otegui (Economia y Mercado Diario el Pais UY)

-¿Cómo califica la evolución de la actividad durante este año?

-La industria ha tenido una buena demanda en 2013, y terminará muy poco por debajo del año anterior. Si se mide en términos de ocupación, los pronósticos de un descenso de entre 5 mil y 6 mil puestos de trabajo que habíamos hecho a comienzos del año -en comparación con 2012- no fueron precisos; la realidad nos está mostrando que vamos a estar en la mitad de lo que habíamos estimado como caída.

-¿Culminó el período histórico de crecimiento que se observó en los últimos años?

-Un crecimiento continuo a los guarismos en los que la construcción evolucionó en los últimos tres años, no es sostenible. Por tal motivo, debemos analizar los próximos años y podemos decir que el sector no tendrá crisis, no se va a desinflar, pero tampoco va a crecer. En 2014 nos espera un escenario de meseta con la consabida pausa en las inversiones que es usual en cualquier año electoral. No hay elementos en el horizonte que nos hagan pensar en movimientos bruscos.

Un ejemplo de ello es que en Montes del Plata no hay más de 1.200 obreros uruguayos, cuando llegó a haber 6 mil. Y sin embargo, la industria no se desarmó. El temor de que la culminación de la planta de celulosa dejaría miles de empleados desocupados, no ocurrió. En todo caso, lo que la industria se contrajo es claramente menos de lo que lo que generó Montes del Plata en el avance natural de su obra. Varios emprendimientos de menor porte, agregados, absorbieron buena parte de los obreros.

-Se había llegado a niveles históricos en generación de empleo, que difícilmente se puedan mantener…

-En octubre de 2010 había 48 mil trabajadores ocupados. En agosto-septiembre de este año se llegó a 70 mil. Que una industria crezca arriba del 40% en mano de obra, significa que estamos hablando de un aumento muy importante. Mantenernos en esos niveles o en los que exhibimos hoy no es sencillo, porque históricamente son muy altos. El escenario que vemos para los próximos años tendrá vaivenes, pero no habrá ninguna caída dramática.

Impulso productivo

-¿Cómo se está comportando la captación de recursos para proyectos destinados al sector productivo?

-Según los números de la Comap (Comisión de Aplicaciones de la Ley de Inversiones) a octubre de este año, la inversión promovida al amparo de dicha ley, indica que habrá iniciativas nuevas que representan una demanda agregada en obra civil de unos 900 millones de dólares para el período 2014-2015. Cerrado el año 2013, superaremos los mil millones de dólares de inversión promovida. Cabe recordar que en esta cuantificación no está Montes del Plata, ni Aratirí, ni una eventual tercera planta de celulosa, ni los emprendimientos que impulsa el Estado, como la planta de ciclo combinado de UTE y la Regasificadora.

-Esa cifra está por encima de lo alcanzado el año pasado…

-Es una muy buena cifra comparada con los años anteriores, algo por encima de 2012 que fue un buen año. Esto refleja que, más allá de las dificultades que el país tiene y debería encauzar, hay una visión de parte de los privados, de que en el país sigue habiendo oportunidades de negocios. Nadie invertiría en un negocio vinculado a la logística, los servicios, la energía, la industria, si no cree que detrás hay un negocio.

-Independientemente de la concreción de proyectos de gran porte, la obra civil para la industria, el comercio o los servicios de mediano tamaño, ¿cuánto representa?

-Este segmento es el 45% de la actividad de la construcción. Los proyectos de menor porte son el entramado vital para que el país consolide su diversificación y crecimiento. Los grandes proyectos, vinculados a algunas pocas áreas específicas como la madera, la energía, logística y puertos, la minería y pocos más, son imprescindibles para desarrollar el país. Hay que ser conscientes que en este escenario, si hacemos algunos ajustes, tenemos un potencial importante de crecimiento de mediano y largo plazo.

Clase media

-¿Cuál es el impacto real de la vivienda de interés social?

-El rubro inmobiliario representa en la actualidad aproximadamente el 27% de la actividad del sector industrial. De acuerdo con nuestros datos, tuvo su mejor comportamiento en 2009, cuando equivalía al 31%. A partir de ese momento, ha venido cayendo entre un punto y un punto y medio porcentual cada año. Ello se debe a que crecieron otros «motores» de la construcción y también porque se había frenado el impulso de productos nuevos. La venta y la nueva obra, estaban razonablemente nivelados hasta el año pasado, y si esa caída se frenó y además, comienza a revertirse, es porque apareció el proyecto de interés social.

-¿Qué perspectivas ofrece a corto plazo?

-Estamos observando que en Montevideo, en forma descentralizada ya se comienza a generar un nuevo volumen de oferta dirigida a la clase media y media baja, donde sí hay créditos para quienes quieren comprar, lo que va dinamizando una serie de barrios que no tenían casi inversión. Estamos convencidos de que vamos a llegar a fin de año con unas 7 mil viviendas promovidas. Y ahora empieza a operar en el interior de igual modo; el caso más claro es Punta del Este. Si la industria no cayó más dramáticamente en el balneario en este año, es porque se están construyendo unas mil soluciones habitacionales de interés social. La mayor parte de los recursos se volcarán en 2014 y eventualmente en 2015.

-Esos desarrollos dependen del crédito…

-Que viene de muy abajo, pero crece con fuerza. Para las clases sociales a las que está destinada la vivienda social, se requiere de préstamos a 25 años para acceder a la casa habitación. El sector financiero tiene recursos disponibles y estoy convencido de que está dispuesto a asistir a la compra de soluciones habitacionales, ya que los préstamos para adquisición de inmuebles son una buena opción, en un país donde no hay tantos buenos negocios para los bancos. Estimo que por varios años, el crédito va a estar expandiéndose a una tasa no menor al 10% anual.

-En materia de precios, ¿hay margen para que sigan subiendo?

-En algunos segmentos puede haber un stock suficiente de oferta, por lo que es probable que estén en un nivel cercano al techo. Por ejemplo en Punta del Este, donde están claramente elevados. Pero eso no es así para todo el mercado.

Es cierto que quien va a comprar un apartamento ahora, puede decir que lo que piden por una propiedad es elevado. Lo que nadie va a decir es cuántos dólares ganaba hace cinco años y cuánto gana hoy en esa moneda. El salario expresado en dólares más que se ha duplicado en ese período. Es un dato de la realidad, que se debe tener en cuenta.

-En la vivienda para clase media, ¿los precios están alineados con los costos?

-Entiendo que sí, y además existe una demanda que no había sido cubierta que comenzó a operar, gracias al financiamiento bancario, que aún tiene baja incidencia en el mercado. Y aprovecho para rechazar cualquier comentario acerca de la posibilidad de una burbuja inmobiliaria. Hay quienes «talentean» con augurios de esa naturaleza, pero para nada estamos próximos a una realidad así. Para que exista una burbuja, debería haber un endeudamiento de los ciudadanos de 85-90% del PIB, concentrado en tarjetas de crédito, crédito al consumo y vivienda, con una porción mayor en esta última. No es el caso de Uruguay lo que no quiere decir que en seis o siete años, si ese crédito se consolida y tiene mayor peso en el PIB, pueda llegar a ser una dificultad. Otra condición es que debería haber un sobrestock de propiedades tan grande que haga suponer a la gente que los precios bajarán; por último, que haya inversores que necesitan rescatar el capital porque lo deben o sus negocios no están bien. Ninguna de estas condiciones está presente.

Inversión estatal

-¿Cuál es la evolución proyectada de la obra pública?

-Ese segmento representa entre un 27% y un 29% del total, y lo más probable es que se mantenga en ese nivel. También es cierto que hay algunos proyectos que, de concretarse, pueden generar un mayor impulso y aumentar la incidencia del sector público en la industria, que ya los mencionamos (Regasificadora y planta de ciclo combinado), lo que no repercutirá necesariamente en generación de empleo, pero sí en actividad. Lo que se esperaba para 2013, en general se cumplió y confiamos en que lo proyectado para 2014 también se concrete. Este año la inversión pública estará en el entorno de los 1.300 millones de dólares y esperamos una cifra algo superior para 2014.

Opción de ahorro

-¿Los ladrillos siguen siendo opción para el ahorro local?

-Cuando los activos financieros han dado tantos dolores de cabeza, la gente prioriza cosas tangibles. Es difícil que quien tenga un capital lo coloque en un fondo de pensión; por seguridad se vuelve a los activos inmobiliarios y en la medida que tenga una rentabilidad razonable, con más razón.

-¿Existe esa rentabilidad razonable?

-Sí. Basta ver el nivel en que están los arrendamientos. Sigue siendo una muy buena opción.

-El negocio de los arrendatarios tiene una carga tributaria que se genera tanto sobre la propiedad como por el alquiler, ¿en qué medida afecta?

-Uno preferiría que esas cosas no ocurrieran, los impuestos no le gustan a nadie, pero están. En la ley de vivienda de interés social se exonera durante determinado período a quienes ponen un inmueble en alquiler. Es un mecanismo que estimula que esa unidad habitacional se destine al arrendamiento presionando los alquileres a la baja ante la mayor oferta, y el beneficio termina siendo para el que accede al inmueble, aunque también para el propietario.

El proyecto de responsabilidad penal empresarial hostiga al inversor

-¿Cómo evoluciona la captación de capital extranjero?

-Uruguay sigue siendo un país que genera interés, pero que está sometido a vaivenes de variables que no controlamos, como el comportamiento de otras economías, tasas de interés, precios, etc. También puede ocurrir que nosotros nos volvamos más exigentes y que los potenciales interesados perciban esas exigencias como un primer síntoma de hostilidad. No hay que hostigarlos.

-¿Se les está hostigando?

-Está pasando. Por ejemplo, el proyecto de ley de responsabilidad penal empresarial va en ese sentido y afecta tanto al capital nacional como al extranjero, pero con un ingrediente especial: las grandes compañías multinacionales van a pagar 100 mil dólares por año a los mejores bufetes de abogados penalistas para que los defiendan, y los que van a ir presos serán los propietarios de las firmas uruguayas, medianas y chicas, que no tienen ni idea de cómo es la reglamentación. Porque el Estado no cumple con su responsabilidad de hacer conocer la normativa; fuera de la construcción, ¿cuántas campañas preventivas o de concientización se han hecho?

En definitiva, se está impulsando algo que va a generar una satisfacción a algunos, pero no una solución. Ahí hay un hostigamiento que los empresarios sentimos en forma innecesaria.

Pero hay más. Cuando paran una planta o una obra, ponen en juego una inversión, sin que existan los equilibrios necesarios para discutirlo antes. Si primero pego y después intento arreglar, estoy generando un hostigamiento innecesario. Porque eso puede seguir ocurriendo mientras tengamos condiciones favorables, pero cuando el viento cambie, el problema se vuelve contra quien lo promovió.

Es un error no percibir que la solución va por la negociación en serio. Hay que prestar atención porque estamos muy cerca de ese escenario, lo que representa uno de los problemas más complejos para el país.

-¿Por dónde pasa la solución?

-Cuando quienes acostumbramos a ver el vaso medio lleno y no medio vacío, comenzamos a advertir que tenemos un problema y que podemos estar ante un contexto complicado, sentimos la obligación de decirlo. Estamos a tiempo, debemos comenzar a plantearnos los problemas con madurez y negociar una salida entre todos. Hay mucha inversión en Uruguay financiada por fondos de Estados Unidos o España. Pero ello puede cambiar en cualquier momento, de acuerdo con los vaivenes de la economía mundial.

Ficha técnica

José Ignacio Otegui es empresario vinculado a la actividad de la construcción y el sector inmobiliario desde 1975. Integró el Directorio de la Corporación Nacional para el Desarrollo (1990-1995); Presidente de la Cámara de la Construcción entre 1999 y 2001 y desde 2005 a la fecha. Integra el Consejo Asesor de Dirección del Instituto Uruguay XXI y preside el Capítulo Uruguayo de la Comisión Empresarial Binacional Argentino- Uruguayo.

No debemos alarmarnos por la competencia de Miami o Paraguay

-Inversores argentinos están optando por otros mercados, ¿cuánto afecta ese redireccionamiento de los capitales?

-Es cierto que hay capitales argentinos que se van a otros destinos. De todos modos, la opción de Miami, donde hace tres años se comercializaba propiedades mucho más baratas que en Punta del Este, ya no es así. Actualmente, los precios están a la par. Se han ido argentinos, brasileños y también uruguayos a invertir en esa ciudad en los últimos tres años. Es algo real pero que no debe alarmarnos, y en un momento se va a nivelar.

-Paraguay aparece como otra oportunidad para invertir, con un crecimiento fuerte de la economía y alta demanda por viviendas…

-También hay quienes van a ese país. Pero debemos tener en cuenta que tiene características distintas a Uruguay. En Paraguay cobran menos impuestos que en nuestro país, pero los servicios que ofrecen son menores. Al saneamiento en Asunción accede el 33% de la población, al agua potable el 60%. Posibilidades reales de compra de un inmueble existen para el segmento más alto de ingresos, el resto no tiene ninguna chance con los sueldos que ganan. Paraguay tiene todo para hacer y es amigable con el capital extranjero, y por primera vez muestra un esquema de razonable certeza jurídica. Mucha gente va a poder hacer negocios allí, pero con un techo cercano.

-¿Qué instrumentos le están faltando a la plaza local para incrementar la actividad?

-Hay un rubro que nos preocupa mucho y es que de una buena vez por todas, se debe aceptar el uso de prefabricados, entender que vinieron para quedarse.

-Las dificultades para su uso en forma masiva, ¿las pone el Estado?

-Sí claro, porque los privados entendemos que es la solución para el problema de vivienda. En el Estado hay mucha gente que tiene poder de decisión y está convencida de que la construcción debe seguir generando más empleo, que es lo que ocurre con los métodos tradicionales de fabricación. Es algo razonable para un país con 12-13% de desempleo, pero no cuando tenemos solamente un 6%.

En Maldonado comenzó a trabajarse con métodos alternativos, prefabricados. Lo mismo está desarrollándose en la Costa de Oro, lo que abarata los precios y lo convierte en una buena oportunidad. Es un cambio importante en el sector, generalmente dominado por los métodos tradicionales. Es parte de los desafíos que la construcción y la arquitectura uruguaya tienen.

 

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